TU MENTE CREA LA REALIDAD

Nuestra mente no distingue entre fantasía y realidad. Vamos a comprobarlo con un ejercicio: Imagina una deliciosa hamburguesa, jugosa, doble carne, huevo, jamón, tocineta, queso, ve agregando todos los ingredientes que te gustan, salsas, vegetales. Ahora cierra los ojos y visualiza la hamburguesa, su olor, su calor, su sabor.
¿Qué pasó en tu boca?, ¿Empezaste a salivar verdad? Podemos darnos cuenta que nuestro cuerpo responde a lo que imaginamos y en este caso se prepara para comer.
Otro ejercicio: Piensa en una situación o persona desagradable, es probable que tu estado de ánimo cambie y te pongas de mal humor, pero si piensas en algo agradable, que deseas y que te hace feliz, es probable que sonrías y tu estado emocional fluya a lo positivo.
Este ejercicio comprueba que lo que piensas e imaginas, tu mente, tu corazón y tu cuerpo lo creen como si fuera realidad.
Si piensas en negativo tu mente va creer en negativo y tu corazón va a sentir en negativo, por consiguiente tu cuerpo va a responder a estos estímulos. Pero si piensas en positivo tu mente va a creer en positivo y tu corazón y tu cuerpo van a generar emociones sanas y potenciadoras de bienestar, salud y optimismo.
Nuestro cuerpo y cerebro funcionan de forma sincronizada, es decir, que nuestro cuerpo responde de forma neuroquímica cuando pensamos de cierta manera. Por ejemplo, si vas a tener una entrevista de trabajo es muy normal que tu cuerpo instantáneamente comience a sentirse ansioso, las manos te sudarán y los nervios te inundarán, por el contrario, si te encuentra en un entorno agradable, tu cuerpo automáticamente se sentirá relajado.
Acostumbramos al cuerpo a reaccionar químicamente de la misma manera una y otra vez, por ello, cuando uno realmente está generando cambios en la mente, literalmente pasamos por un proceso incomodo ya que nuestro cerebro se defiende desde el miedo al cambio y se resiste a aprender nuevas cosas, pero con esfuerzo y disciplina al final será gratificante si lo practicamos hasta que cambiemos la forma de pensar y veamos la construcción de realidades positivas como un hábito.
Así que presta atención a qué estás pensando. Entrena tu mente con pensamientos positivos para que se aleje el miedo, la culpa y la frustración, de esta manera aumentarás tu fe para crear realidades poderosas. Piensa en lo que SI quieres y no en lo que no quieres. Desarrolla patrones de pensamiento de bien y no de mal.
¿Es posible pensar en positivo en medio de una situación difícil?

La respuesta es Sí. La clave está en la interpretación que hagas de la situación. Reflexiona sobre este patrón de pensamiento: "todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto piensa"
¿Se parece esto a tus pensamientos actuales? Si la respuesta es sí, te felicito y te animo a que sigas con este patrón. Pero si la respuesta es no, te animo a que te detengas y pienses otra vez, revisa lo que estás pensando y cambia el foco del pensamiento a la lista de opciones del patrón anterior, no olvides que lo que piensas genera respuesta, ya que nuestra mente crea realidades. Lo que pensamos produce sentimientos y lo que sentimos produce respuesta fisiológica y conductual. Entonces si pensamos bien sentimos bien y actuaremos bien pero si pensamos negativo y triste entonces vamos a generar sentimientos de frustración que nos van a llevar a la depresión, al aislamiento y muy probablemente a dificultades en la salud física.
La repetición de pensamientos se queda en el inconsciente y desde allí vemos e interpretamos el mundo para actuar.
Si la repetición es negativa y tóxica vas a ver el mundo amenazante.
Pero si es positiva tu inconsciente va a
interpretar en positivo y tu mente, corazón y cuerpo van a responder en
positivo.
¿Cómo construyo una realidad positiva?

Crear realidades a partir del pensamiento es un trabajo que requiere disciplina y esfuerzo, nuestro cerebro se puede programar a partir de la conciencia de nuestras emociones y acciones. La clave está en reconocer lo que está pasando en nuestro dialogo interior, atrapar lo negativo para confrontarlo y soltarlo permitiéndonos fluir a pensamientos y emociones positivas. Una técnica eficaz es hacer una lista de las cosas que sí queremos, complementar esa lista con imágenes para mostrarle al cerebro lo que queremos ya que pensamos en imágenes y la visualización diaria de lo que sí queremos le da fuerza a la creencia para generar realidades.
Una vez determinado lo que sí quieres, empieza a desarrollar estrategias a partir de un plan de acción para el logro de tus deseos. Con esta práctica diaria tu mente se entrenará para pensar en función de logros, y finalmente verás la creación de la realidad de forma positiva.
Lo que pensamos tiene poder porque se constituye en nuestro sistema de creencias y en lo que abrazamos y defendemos como verdad, la manera en la que pensamos de nosotros mismos y de nuestro entorno se convierte en algo tangible, ya que atraemos a nuestra vida todo aquello a lo que prestamos la atención, el pensamiento, el enfoque y la energía.
Los recuerdos que tenemos de experiencias pasadas crean un patrón de pensamientos y desde allí nos comunicamos e interactuamos con otros y con nuestro entorno, esto sucede porque el cerebro almacena nuestro pasado creando redes neuronales que han sido ejercitadas una y otra vez, esta es la razón por la que respondemos en modo automático e inconsciente a cada una de las situaciones que nos enfrentamos día a día creando así nuestra realidad.
En el siguiente pasaje de la Biblia vemos el poder de la creencia formando realidades.
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora. Mateo 8:13
Conocer una verdad nos hace libres de una mentira.
No siempre lo que creemos de nosotros y del mundo es verdad, necesitamos conocer una verdad más profunda y grandiosa que nos permita crear una realidad más poderosa.
Necesitas ir más allá de tus pensamientos inconscientes para que puedas reprogramar tu cerebro a través de la creación de nuevas conexiones sinápticas por medio del aprendizaje, la atención y la repetición.
Nuestro cerebro tiene una capacidad llamada neuroplasticidad, que le permite renovarse por medio de los estímulos externos y nuestros pensamientos conscientes.
Esto se logra pasando de la zona de confort a la zona de aprendizaje donde nuestro cerebro se estimula ante ideas o situaciones nuevas, esto a su vez generará un impacto en los pensamientos negativos, ya que si no los estimulamos, poco a poco dejarán de tener fuerza y con el tiempo se perderán.

"Piensa otra vez"
Psicóloga Lucy Torres