"Desde el año 2020, toda la atención del mundo se orientó hacia el coronavirus, y lo primero que se afectó fue el inconsciente colectivo al ser inducido a pensamientos ansiosos y amenazantes que han puesto a miles de personas de rodillas ante el miedo"

A partir de la percepción del mundo circundante, cada persona hace interpretaciones muy subjetivas del contexto y a partir de estas interpretaciones se comporta, es decir, responde a los retos del día a día y establece protocolos de convivencia para su interacción con otros.

Si bien es cierto, que el contexto social es influyente de alguna manera en la percepción, interpretación y respuesta que cada persona hace tanto de su mundo interior como exterior, potenciando o inhibiendo su respuesta emocional y social, también es cierto que no es determinante, pues al hacerse consciente de sí mismo y del contexto que lo rodea, podrá darse el permiso de cambiar su percepción y por ende sus interpretaciones y respuestas, esto le ayudará a moverse emocionalmente de lugar, es decir pasar del miedo a la confianza. 

El ser humano por naturaleza busca donde refugiarse para mitigar sus necesidades y sus miedos, hay personas que tienen su esperanza en que la situación social va a cambiar y muchas veces se crean frases cliché como: "esto va a cambiar", "vienen tiempos mejores", "el tiempo de Dios es perfecto, "vamos bien", entre otras que se hacen populares en la sociedad. Pero al pasar el tiempo y ver que nada de esto se cumple, entonces la angustia, la desesperanza, la frustración, la ansiedad y la depresión aumentan en el corazón de quienes han puesto su confianza en lo externo y no en lo interno.

No se trata de negar el contexto, ni mucho menos evitarlo, ni pensar en soluciones mágicas; se trata de hacerle frente a través de la activación y movilización de los recursos internos de los cuales todo individuo ha sido dotado, tales como la longanimidad, la resiliencia, el optimismo, la fe y la esperanza. De no hacerlo, la atención de las personas estará centrada en los estímulos sociales, que en la mayoría de los casos son aversivos y amenazan el funcionamiento emocional y social lo cual da paso a la angustia y a la Inhibición social entendidas como una respuesta de miedo ante los estímulos sociales amenazantes.

Los momentos difíciles, las pérdidas y las crisis forman parte de la vida, la adversidad no se puede elegir, pero la actitud ante ella si se puede decidir. En tiempos difíciles sobreviven los que mejor se adaptan, los que logran movilizar sus recursos internos para acceder a nuevas formas de pensar y hacer las cosas.

En la crisis florece o emerge todo lo que hay dentro del corazón del hombre, lo bueno y lo malo, lo mejor y lo peor. Por lo tanto, es de vital importancia hacer un alto para revisar y examinar nuestro mundo interior, pues cuando una persona se comunica con otros expone su repertorio de valores, creencias, pensamientos, emociones y sentimientos y las manifiesta en sus conductas.

Más allá del coronavirus existen otros factores de riesgo que amenazan y  comprometen el funcionamiento emocional, personal, familiar, laboral o educativo según sea el caso. Cada persona es una historia de vida personal y familiar y su percepción de las circunstancias externas son muy subjetivas de acuerdo a sus creencias. En este momento histórico, donde el mundo se ha movido al miedo, se requiere revisar nuestro mundo interior, sobre todo nuestras creencias y activar estrategias de afrontamiento para hacer frente a este gran reto que se activó desde hace unos meses y el hombre con toda su sabiduría no ha podido encontrar una respuesta para detenerlo.

Te invito a poner en marcha las siguientes estrategias de afrontamiento para este tiempo

Además de lavarte las manos frecuentemente, no tocar tu cara, usar tapaboca, permanecer en casa y todo lo sugerido por la OMS, te presento algunas estrategias adicionales y muy valiosas para estar firme ante la amenaza: 

• Aprende a dirigir tu atención hacia la paz interior, tu atención se convierte en energía mental y afecta tu estado mental, los estímulos sociales tienen el objetivo de atraer tu atención y te potencian o te inhiben, entonces presta mucha atención a dónde estás dirigiendo toda tu atención.
• Escucha tu voz interior y presta atención a su contenido, si te mantiene en el miedo o te lleva a desarrollar resiliencia y confianza.
• Habla de tus emociones y sentimientos con gente de confianza.
• Baja la velocidad a tus pensamientos, a tus palabras, a tu respiración, a tu caminar.
• Come despacio y acompañado, utiliza el momento para mirar y escuchar a tus seres queridos y conversar sobre cualquier cosa, presta atención a lo que dicen y disfruta el momento.
• Retoma lo que tienes pendiente en casa y hazlo, termínalo.
• Abraza a tu familia, pide perdón, reconcíliate.
• Prepara el momento para la reunión familiar, cuida de los tuyos. Ver fotos, contar chistes, historias, jugar, orar y meditar son actividades poderosas para vitalizar el estado de ánimo.
• Pasa al lugar de tu prójimo para observarlo, para sentirlo, para escucharlo, para comprenderlo, para atenderlo, para amarlo, para aceptarlo tal como es, sin juicios, sin demandas, sin reclamos.
• Que este tiempo puedas ver otra versión de ti y de tu familia y que tu decisión de amar gane.
• Reflexiona sobre cómo está tu vida, tus actos, tu conciencia, tus sentimientos hacia otros.
• Enfoca tu atención a las cosas del cielo, a lo eterno, a Dios, a su verdad, su poder y su autoridad sobre todo lo creado. Algún día todo lo terrenal pasará pero lo eterno no pasará, es nuestro mejor lugar.

Psicóloga Lucy Torres