"ME VA BIEN PERO ME SIENTO MAL"

22.01.2022

Estoy contento porque me va muy bien, todo es bonito aquí, hay de todo, tengo un trabajo estable para suplir necesidades básicas, puedo comer lo que quiero, comprar lo que quiero, buena ropa, tengo el mejor celular, puedo ayudar a mi familia y a otros, en pocas palabras "me va bien", sin embargo, por otro lado, de vez en cuando me visita una sensación de vacío, de miedo, angustia, tristeza, enojo, me siento solo y extraño muchas cosas. Entonces llego a la conclusión de que "me va bien pero me siento mal".

Hoy en día es muy común encontrarse con personas a las que les va bien pero se sienten mal. Sentirse mal forma parte de la vida, pero sentirse mal todo el tiempo y no atender ese sentimiento hace que la vida se nos vuelva un caos.

Ante el sentimiento de malestar emocional activamos mecanismos de defensa dentro de los cuales el más común es la negación, es decir, no le hacemos caso, lo evitamos, lo negamos y hasta le huimos. 

De igual forma, otro mecanismo importante es luchar contra ese sentimiento, haciendo de nuestra narrativa interior un ruido que nos atormenta el alma, aplicamos autocrítica, nos hacemos juicios, nos castigamos, nos culpamos y hasta nos descalificamos. 

Por otra parte, es probable que busquemos ayuda con expectativas de rapidez pensando que existe la varita mágica para eliminar el malestar, y terminamos aburridos sin conseguir una solución al problema.

Cabe destacar, que estos mecanismos de defensa solo consiguen que el malestar se haga más intenso hasta el punto de desbordarnos la vida. En consecuencia empezamos a ver el mundo amenazante y peligroso y comienza a visitarnos la sensación de malestar emocional con más intensidad y frecuencia.

¡STOP! 

¡necesitas detenerte y atenderte!

El sentimiento profundo de vacío se intensifica cuando perdemos el sentido de la vida. Y aquí me detengo a preguntarte:

¿Qué le da sentido a tu vida?

Tómate un tiempo para dar respuesta a esta pregunta.

Y por aquí tengo otras tres interrogantes de tipo existencial para invitar a tu mente y corazón a salir del automático y buscar respuestas importantes:

  • ¿De dónde vengo? ¿Cuál es mi sentido de origen?
  • ¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es mi sentido de propósito?
  • ¿A dónde voy? ¿Cuál es mi sentido de esperanza?

Quédate todo el tiempo necesario reflexionando en estas interrogantes, si no te convencen las respuestas o si no tienes respuestas y crees que necesitas encontrarlas, entonces no te detengas hasta encontrarlas ya que esto realmente resolvería tu malestar emocional y te conectaría con un verdadero propósito de vida.

Es muy probable que hacerte consciente de estas interrogantes te genera más malestar emocional y en consecuencia te sientas peor, pero te puedo asegurar que si le inviertes tiempo a buscar respuestas a estas interrogantes podrás aprender a relacionarte de forma funcional con cada evento de la vida que te visite.

Existen corrientes filosóficas que refuerzan el sufrimiento humano generando desesperanza, tal es el caso del materialismo filosófico que afirma que todo es material, pues todas las cosas son causa de la acción de la materia y no del espíritu.

Paradójicamente, en este mundo súper moderno, marcado por filosofías e ideologías, hoy más que nunca la gente está ante un abismal complejo de falta de sentido caracterizado por un sentimiento de vacío existencial.

Estamos en un mundo que nos sobresatura de cosas, de estímulos e incentivos que invitan a la promiscuidad, al consumismo, a la glotonería y a todo tipo de desórdenes que finalmente inducen el sentimiento de vacuidad existencial.

Pareciera que está de moda la felicidad a toda costa, nadie quiere sufrir, todos quieren ser felices, tener cosas y cosas y llenarse de cosas, pareciera que estar bien tiene que ver con tener cosas, con vivir experiencias cada vez más extraordinarias que aporten sensaciones y emociones placenteras. Pero al final del camino nos encontramos nuevamente con ese sentimiento de vacío.

Se nos olvida que el sufrimiento forma parte de la vida, que las crisis, las pérdidas, la enfermedad, la muerte, los problemas, en cualquier momento de la vida nos visitan. Si no sabemos validar esto, es muy probable que nos encontremos luchando o evitando cada situación difícil que nos toque vivir y si a esto le sumamos el desgaste que nos genera este mundo donde se sobrevalora lo material entonces el sentimiento de vacío será inevitable.

Si no queremos hundirnos en este sentimiento de vacío es necesario hacernos responsables y evaluar cómo estamos respondiendo a lo que nos ha tocado vivir, a la sobre estimulación y condicionamiento que nos aporte el contexto social y cultural.

Esto implica hacernos conscientes para poder hacernos cargo de ese malestar, es la única forma de que podamos salir de allí, ser selectivos, elegir entre lo que es esencial y lo que no lo es, entre lo que tiene sentido y no lo tiene.

Aunque las situaciones difíciles y el sufrimiento forman parte de la vida y son inevitables, aun allí podemos encontrar sentido de vida.


Un recurso importante del que todo ser humano ha sido dotado es la consciencia, a mi parecer es el activo más valioso que tenemos para hacer frente a lo que nos ha tocado vivir.

Hablemos de la consciencia 

Es entendida como la facultad del ser humano de conocer su propia existencia, sus estados, sus actos y el contexto que lo rodea, es decir su sentido de realidad y pertenencia. Además, es una competencia que le permite discernir entre lo bueno y lo malo. Es la esencia vital de toda persona para poder darse cuenta de su propia existencia y la del otro, por lo tanto se constituye en un activo muy valioso que debe atenderse, educarse y evaluarse para hacer frente al vacío existencial.

La consciencia es uno de los conceptos más importantes dentro de la filosofía y la psicología, permite uno de los estados mentales más valiosos en el ser humano como es la capacidad de razonar para interpretar estímulos y sensaciones que darán significado y valor a la propia existencia y a la de otros y donde las emociones y sentimientos se arraigan para conformar un modo de ser, hacer, conocer y convivir con otros.

A razón de su vulnerabilidad, es un elemento del ser que puede ser condicionada y programada por los estímulos que le aporta el medio o el contexto social, es decir, lo que aportan otros.

Este condicionamiento es un proceso que se gesta poco a poco en el inconsciente de las personas, las mentes se programan para ser controladas por la información del aporte social, quien utiliza como estrategia inducir la dependencia, el miedo, la escasez, la carencia. Es algo muy sutil pero que genera un fruto seguro de condicionamiento racional, emocional y conductual, hasta que las personas se rinden y acostumbran o normalizan un estilo de vida condicionado por la sobresaturación de estímulos sociales.

¿Qué hacemos?

En respuesta a la búsqueda de sentido de vida, podemos activar nuestras estrategias resilientes, hacer ejercicios, tener amigos, pareja, viajar, disfrutar la vida, soñar, cumplir metas, entre otras cosas más, pero si no atendemos nuestra consciencia y nuestra dimensión espiritual estoy segura que la sensación de vacío seguirá allí estorbándonos el camino.

Vamos a reflexionar

No somos solo carne, huesos, órganos, genes y células, también somos consciencia, alma y espíritu. El alma es el asiento de las emociones, el intelecto y la voluntad, desde allí podemos tomar decisiones sabias o necias para la vida. El espíritu es esa parte sublime con la que nos conectamos con Dios, nuestro hacedor. Sólo Dios que es nuestro creador puede llenarnos el vacío existencial.

Este mundo y sus estímulos están diseñados para condicionar nuestra consciencia y apagarnos el espíritu, por eso es tan importante que te hagas consciente de cómo está tu vida, para dónde vas con el ritmo de vida que llevas, qué es lo realmente valioso en tu vida. 

Solo cuando te detienes a buscar respuestas a las preguntas existenciales podrás atender el sentimiento de vacío.

Para atender el vacío existencial, Dios se valió de un plan de rescate que tiene por nombre: "El Evangelio", significa buenas noticias de salvación. Un Dios de amor, cercano, misericordioso, un libertador y sanador. La verdad absoluta revelada en Jesucristo para dar vida, sentido, identidad, propósito y esperanza. Para responder a las tres preguntas existenciales. Quién soy, qué hago aquí y para dónde voy.

Y ahora que sabes esto, ¿Qué vas hacer?

Te quedarás solo en la reflexión, seguirás evitando y luchando o buscarás ayuda


@lucytorrespsic
Lucy Torres - Psicóloga 
Derechos Reservados 2019 - APRENDIZAJE & CONCIENCIA / WhatsApp (+58) 416 878-6669
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar