LOS SESGOS ATENCIONALES

La atención trabaja al servicio de los esquemas de pensamiento que tenemos, es decir, de las creencias que tenemos instaladas en nuestra mente inconsciente.
Veamos tres ejemplos:
1- El esquema de incompetencia: una persona que en su infancia fue constantemente descalificada, se dirá: "No soy capaz", "Es muy difícil para mí", entonces su atención estará más orientada a detectar fallas que aciertos personales, lo cual fortalecerá cada vez más su idea de incapacidad personal. Por lo general le cuesta afirmarse en la vida. No termina lo que empieza, tiende a la procrastinación, le cuesta tener sueños y establecer metas personales.

2- El esquema de abandono y rechazo: una persona que en su infancia fue abandonada y rechazada, se dirá: "nadie me quiere de verdad", "no soy importante", entonces su mente estará más atenta a destacar las señales de rechazo que las muestras de cariño. Por lo general tendrá dificultad para relacionarse en pareja y en sociedad. Tiende a desconfiar y abandona antes de que lo abandonen.

3- El esquema de crítica y juicios de valor: una persona que de niño fue criticado constantemente, se enfocará y juzgará con más facilidad lo negativo que lo positivo, lo sucio más que lo limpio, el desorden más que el orden, los defectos más que las virtudes. Por lo general son personas excesivamente exigentes e intolerantes.

Reflexión:
Estos sesgos atencionales afectan la autoestima y el autoconcepto de las personas que lo padecen.
Si te identificas con estos sesgos te recomiendo ampliar tu conciencia considerando las respuestas a estas preguntas:
¿Cómo va mi vida, mi mundo interior y mi relación con otros?
¿Desde qué emociones, sentimientos y acciones lidero mi vida?
Con estas preguntas podrás reflexionar para iniciar un cambio que te libere y te lleve a pensamientos y sentimientos más positivos y potenciadores que te permitan fluir desde la paz, el amor y el perdón.
Algunos consejos
Ten presente que tus pensamientos crean tu realidad, como piensas así sientes y actúas, entonces, elige pensamientos que sean constructivos, positivos y nutritivos para fortalecer tu mundo interior, esto se verá reflejado en tu estilo de vida.
Un ejercicio muy sencillo, práctico y poderoso es el siguiente:
1.- Cierra los ojos y piensa en algo que quieres y que deseas y que te lleva a un estado de ánimo optimista y positivo.
2. Selecciona e imprime una imagen que represente eso que pensaste y que te potencia el buen ánimo.
3.- Cada vez que te des cuenta de que tu diálogo interior está invadido por pensamientos negativos, vas a tomar conciencia del estado de ánimo que te genera estos pensamientos intrusivos y vas a pensar en tu imagen, las vas a ver e imaginar en tamaño gigante hasta que los pensamientos negativos sean sustituidos por lo que Si quieres y lo que te genera pensamientos de bien y no de mal.
4.- Practícalo diariamente hasta que se convierta en un hábito, de esta manera vas a enseñar y entrenar a tu cerebro a pensar en positivo para que cree realidades en positivo.
PIENSA EN LO QUE SI QUIERES Y
NO EN LO QUE NO QUIERES

Atraemos a nuestra vida todo aquello a lo que prestamos el foco de atención
Lucy Torres