LAS HABILIDADES SOCIALES, EL ARTE DE CONECTAR CON LOS DEMÁS

08.01.2020

"Todos conocemos a alguien conflictivo; esa persona difícil que siempre está criticando, reprochando, quejándose y haciendo demandas y con la que no queremos estar. También todos conocemos a esas bellas personas con las que disfrutamos estar y pasar tiempo de calidad".

Aprender a relacionarnos de manera sana con los demás nos garantiza un bien en la vida, a diferencia de aquellos que viven en guerra constante con todo el mundo y a quienes les cuesta encajar en la vida.

Habilidades sociales para conectar con los demás

El estudio del hombre como ser social ha sido un tema de interés para los estudiosos de las ciencias humanas, a razón de su complejidad inmersa en las transformaciones que impactan a la sociedad, este estudio cobra hoy día un valor que vale la pena profundizar. En este sentido, y a partir de concebir al hombre como ser social con características sociales innatas que se van desarrollando a lo largo de la vida, es relevante estudiar la imperiosa necesidad de la convivencia con otros para coexistir y sobrevivir de forma exitosa y responsable.

Se hace necesario hablar de unas competencias que garantizan la vida en comunidad y la interacción con otros de manera placentera; estas competencias se refieren a las Habilidades Sociales, las cuales "componen un repertorio de comportamientos que presenta un individuo en su vida cotidiana y que contribuyen para alcanzar buenos resultados en las relaciones interpersonales" (Caballo, 2005). Cuantos mayores sean las habilidades sociales y cuanto mayor sea la coherencia entre comportamientos con pensamientos y sentimientos, mejor será la convivencia social.

Con base a lo anterior, se requiere de competencias para las relaciones sociales; por lo que estas implican las capacidades para relacionarse socialmente a través de un repertorio de conductas operativas adquiridas y aprendidas reflejadas en la sana convivencia, en la comunicación e interacción con otros, además constituyen un medio para el bienestar personal y para el logro de metas.

Dentro de las habilidades sociales destacan las siguientes dimensiones:

1. Habilidades básicas de interacción social: La habilidad para sonreír y reír, saludar, presentaciones públicas, autopresentaciones, solicitar favores, el uso  de normas de cortesía y amabilidad.

2. Habilidades para hacer amigos: Alabar y brindar elogios a otros, la empatía, iniciaciones sociales, unirse al juego con otros, ayudar, cooperar, compartir, trabajar en equipo.

3. Habilidades conversacionales: Iniciar conversaciones, mantener conversaciones, terminar conversaciones, unirse a la conversación de otros, conversaciones de grupo.

4. Habilidades relacionadas con los sentimientos y emociones: Expresar autoafirmaciones positivas, expresar emociones, recibir emociones, defender los propios derechos y opiniones.

5. Habilidades para afrontar y resolver problemas interpersonales: Identificar problemas interpersonales, buscar soluciones, anticipar consecuencias, elegir una solución, probar la solución.

6. Habilidades para relacionarse con los adultos: Cortesía con el adulto, refuerzo al adulto, conversar con el adulto, solucionar problemas con adultos, aceptar peticiones del adulto.

Estas dimensiones de las habilidades sociales, permiten la intervención en ámbitos que van desde el manejo de las emociones propias hasta las relaciones con los otros. (Monjas, 2002)

Factores que comprometen la sana convivencia; el otro lado de la moneda.

La Organización Mundial de la Salud indica que más allá del ámbito sanitario, existe una serie de fuerzas dentro de las cuales destaca el hambre, la escasez, la violencia, la inseguridad, entre otras, que repercuten en la salud y en consecuencia afecta la convivencia social, por lo que menoscaban considerablemente la salud y el bienestar de naciones y comunidades, especialmente en las regiones más pobres del mundo donde la crisis social afecta la percepción del mundo, los pensamientos, sentimientos y los comportamientos de las personas, quienes reflejan conductas hostiles que se hacen cada vez muy evidentes, además de inhibición social, aislamiento, ansiedad, depresión, temor, disminuyendo cada día la conducta pro social, lo que genera un desequilibrio en el estilo de vida y convivencia social de los ciudadanos, entre otros problemas que aquejan a una gran parte de la población y que comprometen la sana convivencia desde el plano personal, familiar, laboral, educativo y social.

¿Por qué a unos se les dificulta tanto relacionarse con otros de forma sana y por qué a otros se les facilita la convivencia y fluyen de manera exitosa en sus relaciones con los demás?

La respuesta a estas interrogantes está en que para llevarnos bien con los demás es necesario llevarnos bien con nosotros mismos, es decir, ser capaces de gestionar nuestro mundo emocional interior a pesar de las circunstancias adversas de la vida. 

Los momentos difíciles, las pérdidas y las crisis forman parte de la vida, pero ante esta realidad fuimos todos dotados de habilidades que podemos desarrollar para hacer frente a la adversidad. La adversidad no la podemos elegir, pero la actitud ante ella si la podemos decidir. En tiempos difíciles sobreviven los que mejor se adaptan, los que buscan ayuda profesional y los que se esfuerzan para movilizar los recursos internos para acceder a nuevas formas de pensar y hacer las cosas. Los que desarrollan la resiliencia, la confianza, la fe, la esperanza, el optimismo, todo esto sin negar la realidad. 

"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45)

En las crisis florece o emerge todo lo que hay dentro del corazón; somos lo que hay en nuestro interior; como somos por dentro así somos por fuera. Por lo tanto, es de vital importancia hacer un alto para revisar y examinar nuestro mundo interior ya que cuando nos comunicamos con otros exponemos nuestro repertorio de conductas, pensamientos, emociones y sentimientos.

Algunos consejos prácticos para desarrollar las habilidades sociales y conectar con los demás desde nuestro mundo emocional.

  • Lo primero que debes hacer es prestar atención a tu diálogo interior, a esa vocecita en tu mente: ¿cómo es?, ¿qué te dice?, ¿te acusa?, ¿te amenaza?, ¿te grita?, ¿te descalifica?, o te anima, te motiva, te fortalece.
  • Además presta atención a las emociones que lideran tu vida, desde dónde te relacionas con los demás: ¿desde el enojo, la tristeza, el dolor, la frustración?, o ¿desde el amor, el perdón, el agradecimiento, el optimismo y la empatía?
  • Una vez que hayas reflexionado sobre esto tomarás conciencia de la importancia de invertir en tu mundo emocional para fluir de manera exitosa contigo mismo y con los demás.
  • Considera tu valor y autoconcepto, si es negativo, trabaja en ello para llevarlo a modo positivo, no te quedes mirando el punto negro, mira todo lo positivo que está a tú alrededor y el valor de las personas que te rodean.
  • Ubícate en el optimismo sin negar la realidad, invierte en descubrir tus habilidades y tus recursos internos y aprende a movilizarlos a tu favor.
  • Establece metas y trabaja en ellas para alcanzarlas.
  • Practica las normas de cortesía, usa las palabras mágicas: "por favor" y "gracias".
  • Practica el elogio sincero, comienza a ver el lado bueno de la gente y anímate a decírselo, te sorprenderás de las respuestas emocionales del otro.
  • Cultiva amistades sanas, no te quedes solo con tus pensamientos y sentimientos tristes, rodéate de gente que te haga sentir bien, conoce gente nueva.
  • Comunícate con asertividad, sin reclamos, sin demandas, sin reproches, aprende a decir "Yo siento", "Yo deseo", y a aprende a decir "NO" con elegancia y respeto.
  • Practica el silencio y la escucha activa cuando estés con alguien que desea hablar contigo, toma un tiempo solo para escuchar a esa persona con atención plena.
  • Mira a las personas a los ojos y salúdalas con cariño.
  • Sonríe todos los días, mira el lado bonito de la vida.
  • Trabaja la empatía, de vez en cuando es bueno ponernos en los zapatos del otro y considerar sus emociones y sentimientos.
  • Perdona las ofensas, el perdón es una decisión y siempre es la mejor opción para la evolución en libertad.
  • Dale permiso a los sentimientos positivos para que puedan florecer, considera las diferencias individuales
  • Tolera los errores y flexibiliza las reglas.
  • Pasa tiempo de calidad con la gente que te aporta valor, anímate a conocer gente nueva, practica el contacto visual, el contacto físico, los abrazos, las palabras de afirmación, el buen humor, los gestos de bondad y compasión.

"Toma la decisión de cambiar, si tú cambias todo cambia"

Psicóloga Lucy Torres de Barón 

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Referencias

Caballo, V. (2005). Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. España. Siglo XXI.

Monjas, I. (2002) PEHIS Programa de enseñanza de habilidades sociales de interacción social. Madrid.

Organización Mundial de la Salud, 2017. Informe: "Más sano, más justo, más seguro: la travesía de la salud mundial 2007-2017". Documento en línea. Disponible en: https://www.who.int/publications/es/. [Consulta: 2018, Febrero, 12].

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