"Los padres de Santiago se despiertan al escuchar el llanto de su bebé, son las 2:00 de la mañana, la madre se levanta, va a la cuna de Santiago, lo toma en sus brazos, lo besa, lo acaricia, le habla, le da pecho, y el bebé se queda dormido, relajado y feliz en los brazos de mamá, lo acuesta en la cuna, ella se va a su cama y todos duermen tranquilos hasta el amanecer."

"Los padres de Andrés, se despiertan al escuchar el llanto de su bebé, son las 2:00 de la mañana, la madre se levanta molesta, va a la cuna de Andrés, lo toma bruscamente en sus brazos, le da pecho, mientras mira por la ventana y piensa en la discusión que tuvo con su esposo, luego pasa un tiempo revisando el celular; el bebé se queda tenso, no quiere comer, sigue llorando, la mamá molesta le grita y le dice que se calle mientras lo devuelve a la cuna y lo deja llorar hasta que Andrés agotado por el llanto se queda dormido, ella se va a su cama y discute con su esposo porque no le colabora, luego de una larga discusión al final todos duermen hasta el amanecer."

Así comienzan las historia de Santiago y Andrés, marcadas por sus vínculos afectivos... 

Te invito a imaginar cómo serán estos niños cuando sean adultos, cómo resolverán sus conflictos, qué ideas tendrán sobre la intimidad y las relaciones, cómo serán sus relaciones sociales, cuáles serán las habilidades para expresar sus necesidades, deseos, peticiones, sentimientos y expectativas.

El anterior, solo es un ejemplo de cómo se desarrolla el apego en la infancia, a partir de qué recursos y estrategias el niño aprende a relacionarse con él mismo y con otros. En este sentido, el apego constituye el lazo afectivo entre el lactante y los padres y desempeña un rol fundamental en la regulación del estrés en momentos de angustia, ansiedad o enfermedad.

Cabe destacar, que los bebés nacen con la tendencia innata de apegarse a una persona protectora que lo cuida y durante esta relación se desarrolla el apego. Los padres o cuidadores primarios sensibles y conscientes de su rol generan una relación de apego seguro, pero los padres insensibles y hostiles generan un apego inseguro. Este desarrollo del apego se genera en los primeros años de vida y luego en la edad adulta se reflejará en la interacción con otros sobre todo en la relación de pareja.

La persona que ha sido expuesta a un ambiente de malos tratos, negligencia, estrés, abuso sexual o a cualquier tipo de ambiente perjudicial en la infancia, desarrollará una serie de estrategias para sobrevivir a estas condiciones adversas. Cuando estas personas crecen y consiguen salir de estas situaciones peligrosas y traumáticas, tienden a repetir los patrones que han vivido de alguna forma, aunque muchas veces no sean consientes de ello. Por ejemplo, les cuesta distinguir qué relaciones son seguras y cuáles no, se les dificulta poner límites en las relaciones interpersonales.

Un niño desatendido emocionalmente por sus padres o cuidadores, donde sus necesidades afectivas no son tenidas en cuenta, que tiene que vivir en una casa con una madre enferma o depresiva, que no puede hacerse cargo del pequeño, con un padre ausente o maltratador, o con padres que simplemente trabajan en exceso y no están presentes para regular sus necesidades, sentirá de alguna manera que el mundo no es seguro. El niño tenderá a evitar las relaciones sociales por no sentirlas seguras ni satisfactorias o por el contrario, buscará el afecto a toda costa. De no atenderse esta situación, serán adultos que evitarán las relaciones afectivas mostrándose fríos y faltos de sentimientos y empatía o por el contrario, fuertemente dependientes de una pareja, un hijo, una madre o cualquier figura que pueda darles ese vínculo que no tuvieron de pequeños.

EXISTEN CUATRO TIPOS DE APEGO 

El apego seguro

Se desarrolla cuando está garantizada la presencia de cuidadores sanos emocionalmente, capaces de proveerle al niño amor, atención, confianza, seguridad, protección, provisión y cuidados. El niño responderá de manera armoniosa a estos cuidados y atenciones, se esforzará por mantener la proximidad con su cuidador, buscará contacto físico y emocional constantemente, se le hará fácil explorar cuando tiene cerca a su figura de apego. Aprenderá a comunicar sin miedo sus necesidades y sentimientos, se tomará con calma las relaciones con otros. Tendrá una fuerte base para las relaciones y la intimidad en la edad adulta.

El apego inseguro evitativo o desapego emocional

Nace de las carencias afectivas en los primeros años de vida. Se da cuando el cuidador primario tiene carencias en lo que respecta al compromiso, cuidado, atención y relación que ofrece al niño. Cuando los progenitores no están disponibles de forma reiterada o rechazan al niño, o cuando el niño se acerca y el cuidador no está emocionalmente dispuesto para atenderlo, entonces el niño evita la cercanía y la conexión emocional con el progenitor porque sabe que no le va a prestar atención, el niño siente la falta de conexión y percibe que sus padres no disfrutan de su compañía por lo tanto evita la cercanía.

Esta situación lleva al niño a formar un patrón mental evitativo que lo lleva a inhibir sus emociones y a manifestar su enfado apartándose de la gente, no le da importancia a las relaciones, evita la intimidad o tiene dificultad para relacionarse.

El rasgo más prominente es la dificultad para establecer vínculos cercanos con los demás. Al mismo tiempo, sienten un profundo dolor emocional por no lograrlo. Este tipo de personas suelen desarrollar una autonomía falsa. Son independientes, pero al mismo tiempo entran en un estado de profunda angustia cuando sienten que alguien se les acerca emocionalmente. Tienen miedo de ser rechazados y abandonados como consecuencia de sus experiencias previas de abandono y desatención, sienten que van a volver a ser rechazados y se protegen bajo esa falsa imagen de autosuficientes.

En la relación de pareja, tienen dificultades para identificar sus emociones. Las relaciones que mantienen son muy superficiales. Desconfía de los demás, creen que nadie los puede apoyar o ayudar. Les cuesta abrir su corazón y ponen mucha distancia emocional, se muestran a la defensiva y huyen ante cualquier muestra de control.

Apego inseguro ansioso o ambivalente

En los niños se genera a causa de la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, es decir que las respuestas emocionales son inconstantes por lo tanto no le generan confianza al niño, entonces los niños deciden no tener expectativas de respuestas ante el estrés y la ansiedad de sus padres.

El niño no encuentra un sostén o piso emocional donde apoyarse o encontrar un apego seguro, por lo tanto desarrollan un patrón de pensamiento basado en el abandono, se le dificulta confiar en la gente y por lo general siempre buscan la proximidad de su figura primaria pero al mismo tiempo se alejan o se resisten a ser tranquilizados por ella.

Se confunden entre comportamientos de apego y al mismo tiempo expresiones de protestas, enojo y resistencia, esto se debe a la inconsistencia emocional de sus progenitores, quienes se mostraban sensibles y cálidos en algunas ocasiones, y fríos, distantes e insensibles en otras. Sienten inseguridad sobre la disponibilidad de su figura de apego cuando la necesitan.

En la relación de pareja, la principal característica del apego inseguro ambivalente es la intensidad con la que se viven las contradicciones con la pareja; esto a causa de una crianza con padres contradictorios de los cuales el niño nunca sabía que esperar de ellos. Entonces en la relación de pareja muestran una necesidad muy fuerte de mantener los vínculos y tienen una gran necesidad de afecto. Las relaciones con otros son sumamente intensas, con dependencia y necesidad de aprobación. También excesiva sensibilidad al rechazo. Cuando entablan una relación, difícilmente abandonan la sospecha de que algo va mal. Ponen mucho énfasis en los problemas y poco en los aspectos positivos. Las relaciones de pareja le consumen mucha energía emocional y siempre están a la defensiva.

Apego inseguro desorganizado

Es una conducta que se genera como las anteriores a partir de las actitudes que los progenitores muestran al niño en su día a día, aparece tras la vivencia de un cúmulo de respuestas desproporcionadas o inadecuadas por parte de los cuidadores. Esta conducta desorganizada del adulto desorienta y confunde al niño generándole inseguridad y ansiedad y se convierten en víctimas del miedo que provocan las situaciones de malos tratos en donde el niño siente que nada le funciona para evitar ser agredido, golpeado, abusado o tratado de forma incongruente a merced de los cambios conductuales de sus cuidadores. 

El niño aprende a retirarse de la interacción y se desconecta emocionalmente del cuidador sin perder totalmente su figura de apego ya que le invade el terror y no puede aproximarse pero tampoco escapar de esta figura de apego que le daña y le genera mucha angustia y confusión.

En la edad adulta, el apego inseguro desorganizado es un tipo de vínculo muy propio de quienes han sufrido abusos en su infancia. Lo habitual es que busquen parejas maltratadoras y controladoras de quienes se hacen dependientes.

Quienes tuvieron padres así suelen repetir el mismo patrón cuando son adultos. Pasan de la sumisión a la agresividad, o de la cercanía a la distancia sin entender lo que les pasa. Enfrentan la angustia desconectándose emocionalmente de las personas pero a la vez anhelando un fuerte lazo emocional. No saben relacionarse en pareja, sufren mucho, por un lado no quieren estar con la pareja pero por otro lado no pueden vivir sin la pareja. Alejan a la gente que los quieren y por lo general tienen miedo y quieren estar solos. 

¿CÓMO ES TU RELACIÓN DE PAREJA, ES AMOR O APEGO? 

Reflexiona sobre cómo te relacionas en pareja, desde el amor o desde el apego. El amor es desinteresado, se centra en hacer feliz al otro, hacer sentir amado y satisfecho al otro. El amor es liberador, te permite ser tú mismo, y dejar al otro ser el mismo sin prejuicios. El amor te anima a desarrollar tu potencial sin miedo a exponer tus debilidades. En el amor se desarrolla la confianza mutua. El amor trasciende el control. Acepta al otro como es y lo anima a alcanzar sus sueños. El amor sobrevive al paso del tiempo y a las circunstancias adversas. El amor reduce tu ego y te hace crecer como persona, te hace comunicarte desde el corazón. El amor es crecimiento mutuo. Cuando hay apego seguro, también está presente la certeza de que el vínculo es bueno. En otras palabras, se espera lo mejor del otro. Se percibe a la otra persona como de buen corazón.

Por otra parte, el apego es egoísta, chantajea, manipula y domina emocionalmente al otro. Se centra en la manera en que te deben hacer feliz. Te vuelves dependiente y controlador del otro para evitar que te abandonen. Utilizas a tu pareja para llenar tu vacío interior. Crees que tu pareja es responsable de tu felicidad. El apego es control, obligas al otro a ser como tú quieres que sea, o por el contrario, dejas de ser tú mismo por ser lo que tu pareja desea. Anima a la pareja a no pasar tiempo con sus amigos o sus familiares y la obliga a quedarse en casa. El apego aumenta tu ego, se sostiene sobre el resentimiento porque crees que tu pareja tiene la responsabilidad de hacerte feliz. Quien sufre de apego inseguro se le hace difícil mirar adentro y resolver sus problemas. La expectativa es que el otro abandone o haga daño. Todas las formas de apego inseguro implican limitaciones, especialmente para la vida afectiva. 

¿CÓMO RESUELVO EL APEGO INSEGURO? 

Haciéndote consciente de este patrón, de sus causas y de sus consecuencias. 

Haciéndote responsable de cambiar. 

Buscando ayuda profesional.

ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS PARA INICIAR

El primer paso es hacerte consciente del apego. Lo que niegas no lo puedes resolver, entonces el primer paso es reconocer que necesitas ayuda. Reflexiona sobre tus relaciones con otros, ¿desde cuál emoción te comunicas?

Invierte en tu desarrollo personal. Desarrolla tu confianza, cree más en ti y mejora tu autoestima, aprende a decir "Me quiero" antes de decir "Te quiero". Esto hará que te sientes una persona merecedora de amor y menos vulnerable a las opiniones y aprobación de los demás.

Reconcíliate con tus figuras de apego de la infancia: El pasado no lo podemos borrar, pero si podemos ubicarlo emocionalmente desde el perdón, el amor y el agradecimiento. No estés eternamente enojado con tus cuidadores primarios, suelta la carga emocional, tal vez ellos repitieron patrones disfuncionales de su propia crianza.

Asume la responsabilidad de tus emociones. Tus emociones son tuyas, aparecen para ser reconocidas y valoradas. Representan la interpretación y el significado que le das a las cosas que suceden en tu vida. Eres dueño de tus emociones, aprende a ubicarlas, ábrete paso y dale permiso al amor, al perdón, a la calma, a la fe, al optimismo y a la esperanza.

Aprende a estar a solas. Disfruta estar contigo, esta es la relación que más debes cuidar. Tu pareja no es tu salvador, no es tu progenitor, tampoco es tu enemigo, no pierdas el rol en tu relación pareja. Aprende a convivir sin dependencias emocionales, aprende a vivir de una manera más funcional, adaptativa, madura y sana, esto te llevará a desarrollar un apego seguro. Hazte cargo de tu valor.

Busca ayuda profesional. Si sientes que sufres dependencia emocional, que no puedes controlar tu agresividad e impulsividad, que hay algo que no funciona del todo bien en tus relaciones o sientes un vacío dentro de ti, probablemente necesites ayuda psicológica, puesto que reparar el vínculo afectivo, entender de dónde procede nuestro sufrimiento, superar los traumas, será difícil sin la ayuda de un profesional. Las situaciones del pasado aún no "cerradas" necesitan ser revisadas. Algunas de estas situaciones están relacionadas con duelos, pérdidas, separaciones, malos tratos, abusos, carencias afectivas y emocionales, abandono, rechazo. La psicoterapia te ayudará a modificar pensamientos y conductas problemáticas y a recuperar tu potencial para desarrollar vínculos más sanos.

"Si tú cambias, todo cambia"

Psicóloga Lucy Torres

@lucytorrespsic